La naturaleza nos proporciona todos los elementos necesarios para que la alimentación diaria cubra todas las necesidades fisiológicas y podamos gozar de una vida larga y saludable. Nuestra capacidad de decidir los ingredientes que forman una receta, condicionará el equilibrio entre estos elementos y tendremos como resultado una dieta más o menos saludable.
Cada vez nos preocupamos más por nuestra comida y qué productos debemos añadir a la lista de la compra para que nuestra dieta sea saludable. Esta preocupación se traslada a la alimentación de perros y gatos, puesto que estamos alimentando a uno más de la familia y también cuestionamos la idoneidad de su comida. Al final, tanto para ellos como para nosotros, el hecho de cubrir las necesidades con un alimento adecuado se convertirá en mejor salud a largo plazo.
Una alimentación con ingredientes naturales que tenga en cuenta la interacción entre ellos, el equilibrio del aporte de nutrientes de cada uno de ellos y que mantenga todas sus propiedades nutricionales después de la cocción, da como resultado una alimentación más sana, más segura y más sabrosa.
DOMÉSTICAMENTE SALVAJE
Perros y gatos tal como los conocemos hoy en día, llevan entre nosotros miles de años. A lo largo de todo este tiempo, han sufrido una evolución en el comportamiento pasando de ser animales inicialmente rastreadores de comida y cazadores, después pastores, de trabajo, defensa y control de roedores, para terminar siendo animales de compañía, asistentes de discapacitados, búsqueda y rescate, control de estupefacientes y explosivos, etc. Su gran capacidad de adaptación a lo largo de la historia nos demuestra que la selección artificial ha provocado esta evolución y también explica la razón por la cual su alimentación ha sido modificada. Se ha logrado demostrar la diferencia genética entre perros y lobos actuales, identificando dos grupos de genes, uno implicado en el desarrollo cerebral y el comportamiento y otro grupo implicado en la capacidad para digerir carbohidratos.
Consecuentemente, la alimentación de los perros actuales no debe ser la misma que sus ancestros, ya no sólo porque ya no son lobos, sino porque sus necesidades nutricionales no son las mismas que un animal cazador, ni pastor, ni de defensa.
En el otro extremo, tampoco se puede asumir que el nivel de antropomorfismo que les hemos atribuido provoque que su alimentación sea la misma que la nuestra, puesto que la alta incidencia de sobrepeso y obesidad no hace más que demostrarnos que ya están suficientemente equiparados a los humanos.
Entonces ¿cuál es la alimentación más adecuada?
La respuesta es muy simple y compleja a la vez. La que sea más saludable.
INGREDIENTES NATURALES
Los ingredientes naturales, con el menor procesado y la mayor frescura posible para que mantengan sus propiedades nutritivas intactas, es un punto de partida fundamental.
La carne y el pescado proporcionan todos los aminoácidos y ácidos grasos esenciales, así como los micronutrientes necesarios para el funcionamiento del metabolismo. Además, prescindiendo de subproductos (picos, plumas, intestinos, etc.) se consigue que estas fuentes de proteína sean mucho más digestibles y no lleven asociados excesos de minerales que puedan afectar negativamente a la salud.
Las frutas y las verduras aportan micro ingredientes indispensables (vitaminas, minerales y antioxidantes) y fibras, por un lado fibras solubles que alimentan la flora intestinal y permiten tanto aumentar la absorción intestinal de nutrientes como mejorar la respuesta del sistema inmune y por otro lado fibra insoluble que garantiza un correcto tránsito intestinal. Además, existen ciertos ingredientes vegetales que proporcionan un valor nutritivo muy alto aunque se añadan en una proporción pequeña gracias al aporte de antioxidantes que ayudan a luchar contra el estrés oxidativo, el envejecimiento celular y apoyan al sistema inmunitario en sus importantes tareas de defensa.
Los cereales son una buena fuente de carbohidratos y su inclusión en la receta proporciona una alimentación equilibrada gracias a su aporte de energía, pero se debe tener en cuenta su naturaleza. En un extremo, el exceso de harinas refinadas en las que prácticamente sólo se aportan carbohidratos, provocan que su asimilación sea excesivamente rápida. En el otro extremo, el abuso de cereales integrales conlleva un aporte de fibra insoluble que impide la correcta absorción de nutrientes a nivel intestinal, además del riesgo de aportar toxinas cuando la calidad de los cereales no es correcta.
Las legumbres son una opción muy interesante, puesto que aportan carbohidratos de digestión más lenta, a la vez que aportan gran parte de los aminoácidos esenciales para perros y gatos, además de fibra, tanto soluble como insoluble. La naturaleza de los carbohidratos que aportan las legumbres conlleva beneficios demostrables en comparación con aquellos que aportan los cereales. Se están realizando múltiples investigaciones en este sentido y algunas ya han conseguido demostrar que la inclusión de guisantes en la dieta mejora la salud metabólica en comparación con dietas en las que sólo hay cereales.
UNA RECETA NATURAL
La combinación de estos ingredientes se debe realizar con coherencia a las necesidades y con el objetivo de aportar todos los nutrientes en las proporciones adecuadas para que el organismo pueda llevar a cabo todas sus funciones de una forma saludable. Por esta razón la receta también debe ser naturalmente coherente. Por un lado, combinar varias fuentes de proteína garantiza un aporte correcto de aminoácidos y ácidos grasos esenciales de fuentes naturales, por otro lado la inclusión de varias fuentes de carbohidratos en cantidad limitada proporciona un equilibrio óptimo a la receta. Teniendo en cuenta la interacción cada uno de los ingredientes, ya sean mayoritarios o estén incluidos en muy baja cantidad, se consigue una nutrición más saludable
La alimentación holística no sólo tiene en cuenta que esta combinación de ingredientes sea óptima para cumplir el objetivo fundamental de aportar nutrientes, sino que tiene en cuenta la interacción entre ellos y cómo actúan a distintos niveles para que el organismo se pueda beneficiar de las sinergias y pueda disfrutar de una salud maximizada gracias a tener un mayor equilibrio metabólico. Por ejemplo, la acción sinérgica entre algunos antioxidantes naturales y las grasas insaturadas que con un alto aporte de omega 3, da como resultado un mayor efecto antiinflamatorio natural y un mayor beneficio a nivel articular cuando se combinan con condroprotectores.
SIN PRISA SABE MEJOR
La cocción de estos ingredientes debe ser un proceso muy controlado, que garantice que todas las cualidades de los ingredientes naturales se transmitan al alimento terminado. El cocinado con vapor y la extrusión son dos sistemas que combinados garantizan una cocción correcta de todos los ingredientes, pero si no se controla el tiempo y la temperatura, pueden producirse reacciones no deseables.
La desnaturalización de las proteínas y su pérdida de valor biológico, reacciones de Maillard que generan compuestos indigestibles, inactivación de enzimas que hubieran facilitado la digestión, destrucción de antioxidantes naturales con múltiples efectos beneficiosos, son algunos de los efectos indeseables que se producen como resultado de un exceso de cocción o velocidad, pero demasiado comunes cuando el sistema de cocción se plantea como un proceso industrial, en lugar de un método de cocción. Además, algo tan tradicional como cocer a baja temperatura, permite no sólo transmitir el potencial nutritivo de los ingredientes, sino también disponer de todo el sabor y poder tener un alimento muy apetecible pudiendo prescindir de saborizantes artificiales.
HOY NO TE LO VAS A COMER TODO
Siempre queremos tener la despensa llena de alimentos que mantengan su olor, sabor, textura y propiedades nutricionales como si estuvieran acabados de recolectar. La comodidad que le exigimos a los alimentos y sus envases, en demasiadas ocasiones, el recorrido de los quilómetros de la carretera de la caducidad tiene un alto peaje: los conservantes artificiales químicos.
Una manzana nos da un muy buen ejemplo de como la naturaleza ideó una forma de aportar nutrientes en un envase inmejorable. Si no dañamos la piel, tenemos todos los nutrientes disponibles para el momento en que decidamos darle un mordisco. A partir de entonces, si la olvidamos a medio comer, vemos como se vuelve parda y poco apetecible debido a la oxidación que provoca que se deteriore y pierda todo ese potencial nutritivo que había estado a buen recaudo hasta que cayó en nuestras manos.
La conservación del alimento natural imita los procesos que se dan en la naturaleza para preservar los alimentos. Los alimentos secos con poca humedad imitan la estrategia de los frutos secos, así se minimiza el riesgo del ataque de hongos y bacterias. Un envase impermeable y hermético, más resistente que la piel de la manzana, es la mejor solución para evitar que el aire y los insectos puedan deteriorar el alimento.
Los antioxidantes naturales son más que suficientes para conservar los alimentos una vez cocidos. La vitamina E del aceite de oliva es una buena prueba de ello. Si se consigue evitar el aire y la luz solar directa, gracias a la gran cantidad de vitamina E que contiene el aceite de oliva de forma natural, se preserva el alimento porque se consigue evitar que la oxidación de la grasa provoque que ésta se vuelva rancia y dañina para el organismo. Además, la ingesta de este potente antioxidante, también tiene efectos beneficiosos para el organismo, por lo que evita la oxidación, tanto del alimento como de las células que forman nuestro organismo y el de nuestros compañeros.
SOMOS LO QUE COMEMOS
La alimentación natural es una de las mejores opciones si se desea proporcionar una vida sana y saludable, ya que es sumamente beneficiosa para la salud.
Los alimentos con ingredientes procesados añaden aditivos y grasa poco saludable para mejorar el sabor y utilizan ingredientes económicos para mejorar la rentabilidad del producto, hecho que rebaja la calidad nutritiva. Agregando químicos y conservantes para que el producto dure más, se afecta el ambiente químico del cuerpo de manera negativa.
Somos lo que comemos. Literalmente. Porque cada célula del cuerpo se forma y se regenera en base a los alimentos que se ingieren mientras se pierden millones de células y otras tantas son creadas.
¿De qué quieres que esté hecha tu mascota?